España: la política de la izquierda favorece a la derecha

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 12 de julio de 2023
12 de julio de 2023

La campaña electoral de las elecciones generales del 23 de julio ha empezado. La votación ha sido adelantada por el presidente Sánchez tras la debacle de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas de mayo.

El Partido Popular (PP) y Vox, la extrema derecha, salieron reforzados de las elecciones de mayo. Ambas organizaciones, aliadas en varios parlamentos autonómicos para formar mayorías, ya han dicho claramente cuál será su política de campaña: discurso contra los migrantes, guiños a los nostálgicos del franquismo con todas sus variantes nacionalistas, racistas y misóginas. Vox promete pues arremeter contra el derecho al aborto, establecer un bloqueo naval contra los migrantes y eliminar la progresividad del impuesto sobre la renta.

Bien puede la izquierda denunciar lo reaccionario que son los dirigentes de las derechas; sin embargo, ella misma, en sus cinco años en el poder, ha ayudado a la burguesía para hacerles pagar a los trabajadores la factura de la crisis, con todos los retrocesos que esto supone. El presidente del gobierno socialista Pedro Sánchez no ha parado de mimar a las grandes empresas, cubriéndolas con subvenciones, manteniendo y agravando las leyes antiobreras de los anteriores gobiernos. Es el caso, por ejemplo, de la reforma laboral que facilita los despidos y el uso de la subcontratación. Al igual que sus homólogos europeos, Sánchez viene alineándose con el imperialismo yankee en la guerra de Ucrania, con el mayor presupuesto militar de la historia reciente de España. También cumplió con su misión de guardacostas de la UE al perseguir a los migrantes. Una consecuencia directa fue, hace un año, la muerte de varias decenas de ellos en Melilla.

Las organizaciones de la izquierda autodenominada radical, Podemos e Izquierda Unida, que también están presentes en el gobierno, no valen mejor. Han permitido que Sánchez tenga su mayoría en el parlamento, y avalado al PSOE con su política en favor de la patronal. Peor aún, han venido alimentando la idea falsa de que la presencia de Podemos en el consejo de ministros mejoraría la situación de las clases populares. Sin embargo, hay un desfase enorme entre el discurso de los dirigentes de Podemos y lo que vive a diario la gente: los cortes de luz en algunos barrios, los precios y alquileres disparados, la destrucción de los servicios públicos, etc.

Cuando se creó Podemos, hace algo menos de una década, el partido prometía en boca de su fundador Pablo Iglesias cambiar el sistema y “asaltar los cielos”. Lo cual sólo sirvió para desviar la rabia de las clases populares hacia un callejón sin salida y, al fin y al cabo, la resignación y la desmoralización. Hoy en día, Podemos, que se ha derrumbado en las últimas elecciones, está siendo superado por otro enésimo movimiento ciudadano: “Sumar”, creado por la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, salida del PCE, y que quiere volver a hacer lo mismo.

Si el bloque de izquierdas lograse remontar y ganar las elecciones, muchos trabajadores, quienes ven que la derecha y la extrema derecha son enemigos mortales, sentirán alivio. Pero los ministros de un posible gobierno de izquierda, por muy progresistas que digan que son, no serán unos aliados, sino más bien todo lo contrario, en las necesarias luchas.