Por un aumento salarial real, huelga y manifestación el 18 de octubre

печать
Textos del semanario Lutte Ouvrière - 16 de octubre de 2022
16 de octubre de 2022

Las convocatorias de huelga y manifestaciones para el martes 18 se multiplican tras la huelga de refinerías. Hay que decir que el descontento por los salarios se ha manifestado en muchas empresas desde hace varias semanas. Es el caso en las centrales nucleares, pero también en empresas como Dassault, Stellantis, Renault Trucks, Monoprix, Carrefour... Pero la huelga de las refinerías ha convertido los salarios en una cuestión nacional.

Al igual que pasó con los ferroviarios, los basureros o los maestros, los huelguistas han sido acusados de tomar a la población como rehén, pero le bloqueo es responsabilidad de la dirección de TotalEnergies, que hace oídos sordos a una reivindicación básica : que los salarios aumenten al mismo ritmo que los precios. Teniendo en cuenta que los beneficios del grupo, 18.880 millones de euros en el primer semestre de 2022, tres veces más que el año pasado, negarse a esta recuperación salarial es un escándalo.

También se les está reprochando a los trabajadores de las refinerías, de hacer una "huelga preventiva". Los accionistas de TotalEnergies tuvieron derecho a un dividendo a cuenta "preventivo" de 2.620 millones, ¡pero esto no escandalizó a los voceros de la patronal!

Por lo tanto, si hay extremistas están del lado de los grandes patrones que se otorgan entre sí mismo millones de salario anual, 6 millones para el director general de TotalEnergies, es decir un aumento del 52%. ¡Son los extremistas del beneficio y no se cansan jamás!

Esta propaganda solo puede ser repugnante sobre todo porque lo que ocurre en TotalEnergies ocurre en todas las empresas. En todas partes, la busqueda de beneficios y de dividendos se antepone a los salarios y las condiciones de trabajo.

La gran patronal siempre tiene la palabra "negociación" en sus labios. Está dispuesta a organizar horas, días y noches de charlas aunque no quiere renunciar a nada; discuten sobre migajas y rabos de cereza y eso es suficiente para que algunos lideres sindicales se sientan importante.

Pero es a través de la lucha y no a través de esta caricatura de negociación, que los trabajadores pueden ganar. Porque se ha convertido en una cuestión de principios para algunos empresarios que los salarios básicos no aumenten : bastaría con proponer una prima a los trabajadores para dorarles la píldora.

La lucha de los trabajadores de las refinerías demuestra que la acción colectiva y la huelga son la única forma de ser escuchados.

La lucha entre los trabajadores y las grandes empresas no es fácil y nunca lo ha sido; la lucha no se libra en igualdad de condiciones porque además de tener dinero y poder las grandes empresas pueden contar con el Estado y el gobierno con sus multas, sus agentes judiciales, sus fuerzas de represión y su justicia.

Ante la crisis y la incertidumbre, los capitalistas son determinados a no ceder nada. Quieren, de antemano, cobrar todas las ganancias que puedan. Mano a mano con el gobierno, están dispuestos a hacer retroceder una generación atrás nuestros sueldos, nuestros derechos al paro y a la jubilación.

Para los trabajadores la lucha es necesariamente difícil, pero la vida que el gobierno y los empresarios nos tienen reservada también sera cada vez mas difícil. Así que debemos prepararnos para ello y afrontarlo con determinación de quienes están convencidos de que se esta librando el combate correcto.

En estos tiempos de subida de precios, la diferencia entre los precios y los salarios es cada vez mayor. Y los trabajadores no tienen por qué aceptar el empobrecimiento. Hay que aumentar los salarios en 300 o 400 euros al mes e indexarlos a la evolución real de los precios, no a la que nos vende el gobierno. Esta reivindicación básica es mil veces legítima, y debe convertirse en la reivindicación de todo el mundo del trabajo.

La movilización por los salarios debe ser cosa de todos : aprovechemos cada reunión o paro para discutir nuestras demandas, no sobre lo que proponen los jefes sino sobre lo que necesitamos para vivir decentemente. Discutamos también como dirigir nuestra lucha nosotros mismos para que no sea vendida por tal o cual dirigente sindical.

Con unas pocas personas es imposible invertir el equilibrio con las grandes empresas. Pero en cuanto el movimiento se generaliza o amenaza con hacerlo, lo que era imposible se hace posible. ¡Así pues aprovechemos el combustible que nos proporciona la huelga de las refinerías para ponernos en marcha!

Nathalie Arthaud

Editorial de los boletines de empresas Lucha Obrera del 17 de octubre de 2022