Terminados los Juegos Olímpicos, sigue la crisis del capitalismo

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 12 de agosto de 2024
12 de agosto de 2024

Macron lo habrá hecho todo para aprovechar hasta el final los Juegos Olímpicos, apareciendo cada vez que le fuera posible cerca de los atletas. So pretexto de garantizar el buen funcionamiento de los Juegos, los ministros “en funciones” pudieron pavonearse en los medios como si nada. Sin embargo, una vez cerrado el supuesto paréntesis encantador de la fiesta deportiva, el problema del nombramiento de un nuevo primer ministro va a volver al primer plano y a agitar otra vez el mundo político.

¿Saldrá el próximo jefe del gobierno del Nuevo Frente Popular? ¿Se apoyará más bien en una coalición de los diputados macronistas con los de derechas? Sea como sea, el próximo primer ministro, igual que todos sus antecesores, se someterá a las exigencias de la minoría de ricos burgueses que controlan la economía, tipo Arnault, Dassault, Bolloré y demás Peugeot.

Los trabajadores seguirán afrontando salarios que no llegan a fin de mes, precariedad y despidos, como por ejemplo en Valeo, y muchas más empresas que no salen en la portada de los medios. Para que los mayores capitalistas aumenten sus ganancias, el futuro gobierno no dudará en sacrificar a los comerciantes, artesanos y pequeños agricultores, llevados al borde de la quiebra por la agravación de la crisis.

Una minoría de parásitos goza del respaldo de los gobiernos a su servicio con el objetivo de acumular año tras año fortunas cada vez más enormes. Los miles de millones que de esta manera se roban gracias a la explotación y llevando a parte de la población a la pobreza, sirven ya para preparar nuevas catástrofes.

La clase capitalista irresponsable y sólo preocupada por conseguir las ganancias más rápidas prefiere volcarse en la banca y la especulación, fuente de crisis bursátiles, bancarias y monetarias que llevan años produciéndose y amenazan con hacer tambalearse toda la economía. El pasado 5 de agosto, las Bolsas globales fueron sacudidas y volvieron a despertar el miedo de una caída financiera, con efectos destructores en toda la sociedad.

En el pasado, la crisis de 1929 – que fue la más grave en la historia del capitalismo – llevó al poder a los nazis en Alemania y acabó sumiendo a toda la humanidad en el horror de la Segunda Guerra Mundial. Un siglo después, el capitalismo en crisis otra vez puede conducir a toda la sociedad hacia la barbarie.

En Gran Bretaña, las manifestaciones y reyertas racistas organizadas por la extrema derecha vienen a demostrar que los discursos xenófobos pueden desembocar en actos violentos de la noche a la mañana. En muchos barrios populares asolados por la crisis y las medidas de austeridad – tanto de la izquierda como de la derecha en los gobiernos – se atacó mezquitas, residencias de inmigrantes, tiendas, como si allí estuvieran los responsables de la catástrofe social.

Los mismos demagogos están obrando aquí en Francia, entre quienes han estado en el poder y quienes desean conquistarlo, tipo RN. Al montar a los trabajadores los unos contra los otros, según el origen o la religión, la propaganda xenófoba los divide y los debilita a todos, en un momento en el que más que nunca se necesitaría unidad para defenderse y llevar a cabo las luchas que puedan abrir un futuro para toda la sociedad.

Esta agravación de la crisis y de la guerra económica entre Estados también acarrea una escalada guerrera en varios puntos del planeta. Desde hace más de dos años, en el este de Europa, un conflicto grave enfrenta a los países imperialistas (con Estados Unidos a la cabeza) con la Rusia de Putin. La guerra del Estado israelí contra la población palestina de Gaza, bombardeando sin cesar, ya ha empezado a prender fuego a Oriente Medio. La tensión se extrema en China. O sea que la guerra se está generalizando en el mundo capitalista.

La clase obrera es la única capaz de poner fin a semejante evolución, expropiando a los capitalistas y reorganizando la economía según los intereses de la mayoría. Es urgente y vital que los trabajadores sea cual sea su nacionalidad y su origen se agrupen en torno a un programa de defensa de sus intereses, con la perspectiva de subvertir el sistema capitalista.

Nathalie Arthaud

Editorial de los boletines de empresas del 12 de agosto de 2024