Estados Unidos: Pulso entre General Motors y el Sindicato UAW

Stampa
Documentos en español - 19 de septiembre de 2019
19 de septiembre de 2019

La UAW, el sindicato de trabajadores del automóvil, lanzó el domingo 15 de septiembre una convocatoria de huelga a los 46.000 empleados de General Motors, de las 33 fábricas repartidas en nueve estados y de las 22 tiendas de repuestos.

El convenio colectivo entre la dirección y el sindicato de trabajadores firmado hace cuatro años expiraba el 14 de septiembre y las negociaciones iniciadas en julio habían llegado a un punto muerto. Los convenios de Ford y Fiat-Chrysler se han prorrogado a la espera de un acuerdo con GM que servirá de modelo en la negociación con los demás fabricantes.

El sindicato tal vez desea mostrar músculo en el momento en que los registros del FBI de los que fue objeto a finales de agosto, incluyendo el domicilio de su presidente y de su ex presidente, podían tener por objeto debilitarlo, unos días antes de la expiración del convenio. Hace 12 años que no se hacía una convocatoria general a la huelga en toda una empresa; en 2007, la huelga duró dos días.

Pero desde la crisis de 2008, GM ha impuesto sacrificios a los trabajadores, convenio tras convenio, con la complicidad del sindicato. En el último periodo, GM obtuvo cerca de 30 mil millones de dólares en beneficios. Sin embargo, GM anunció en noviembre pasado que se estaba preparando para deshacerse de cuatro fábricas en Ohio, Michigan y Maryland y que quería aumentar aún más la productividad y la flexibilidad de los trabajadores y exigirles que contribuyan más a su seguro médico.

El sindicato pide aumento de salarios, mantenimiento de todas las fábricas, contratación de trabajadores temporales, eliminación de la brecha salarial entre los ex-empleados, ¡y los contratados desde 2007, cuyo salario se reduce casi a la mitad!

La dirección de GM se jactó de su oferta y la hizo pública para puentear a los dirigentes sindicales, que nunca informan a los trabajadores de las negociaciones antes de su conclusión, y para tratar de presionar a los huelguistas. Promete 7.000 millones de dólares de inversión, 5.400 contrataciones, mejor salario, más beneficios sociales, mejor distribución de beneficios, soluciones para las plantas amenazadas de cierre y 8.000 dólares de prima a la firma del acuerdo. Aparte de los 8.000 dólares de bonificación, todo es muy vago y la dirección no se compromete ni a eliminar la brecha entre los salarios de los nuevos y los antiguos.

La dirección de la UAW ha dado un puñetazo a la mesa para demostrar que hay que contar con ella. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar? Desde el lunes se han reanudado las negociaciones. Cualesquiera que sean los cálculos de los dirigentes del sindicato, ahora que se ha iniciado la prueba de fuerza, son los trabajadores de GM con su determinación los que pueden llevarla a término con éxito, con la simpatía e incluso la ayuda de los trabajadores de Ford y de Chrysler Fiat, directamente interesados también en una buena salida del conflicto.