Este sábado, en Francia, en Marsella, el Papa celebró una misa multitudinaria en el estadio Velódromo. Gracias al dinero del multimillonario Rodolphe Saadé, director general del grupo naviero CMA-CGM, pudo incluso dar una vuelta por las calles de la ciudad, retransmitida en pantallas gigantes. Como buen cristiano, el Papa reiteró la obviedad de que los emigrantes son seres humanos. Y todos los medios de comunicación se maravillaron de sus palabras. ¡Qué farsa! Al día siguiente, nada más levantarse de su postración ante el Papa, Macron confirmó en su discurso televisado el endurecimiento de su política hacia los migrantes.
Sí, la política de la Unión Europea (UE) hacia los migrantes es despreciable. Aunque el número de migrantes es irrisorio en relación con el tamaño de Europa y su población, los dirigentes en el poder nos quieren hacer creer que la situación es inmanejable. Pero según la agencia europea que contabiliza las entradas irregulares en la UE, este año han sido 230.000, apenas cuatro veces el número de personas que acudieron a escuchar al Papa durante su misa. Los países europeos tienen los medios para acogerlos, pero sus dirigentes no abandonarán la política del chivo expiatorio que les permite desviar la atención del creciente descontento causado por la inflación y la crisis económica.
Los precios siguen subiendo. "Esto va a seguir así", dijo Macron. Pero todo el mundo sabe quién está en el origen de esta situación: TotalEnergies, grupos alimentarios como Danone y Nestlé, grupos como Carrefour y Leclerc, e incluso CMA-CGM, que obtuvo 25.000 millones de euros de beneficios el año pasado haciendo subir los precios del transporte de mercancías. Pero para el Gobierno no es cuestión de perseguir a estos trusts. No hay más que ver lo ocurrido con los precios de los carburantes. El Gobierno planteó la idea de autorizar la venta a pérdidas para bajar los precios. Esto fue inmediatamente rechazado por los distribuidores y las compañías petroleras. Macron retiró inmediatamente su plan.
Él y los demás dirigentes políticos de la UE prefieren señalar con el dedo a los migrantes, alegando que no es posible "acoger a toda la miseria del mundo". ¡Como si ellos no fueran responsables de la miseria aquí y en otros lugares!
Porque, ¿de dónde viene la miseria de la que huyen los emigrantes? La mayoría de los países de África, Asia y América Latina son ricos en materias primas. Ahí es donde TotalEnergies extrae su petróleo y donde otros industriales buscan sus materias primas. Estos países se han mantenido subdesarrollados por el saqueo de los grandes grupos capitalistas de los países imperialistas, los mismos grupos que nos explotan y nos roban aquí con la inflación. Como compensación por este saqueo, las camarillas gobernantes de estos países han recibido migajas, no para desarrollar sus países, sino para que puedan regodearse en el lujo en medio de la miseria más absoluta. Sobre todo, este dinero se utiliza para crear ejércitos, con la ayuda de los ejércitos de los países ricos, capaces de mantener al pueblo a raya. Es lo que ha hecho Francia en África. A todo ello se añaden las catástrofes climáticas y las guerras que todo ello conlleva.
Así que, trabajadores, no caigamos en la trampa de ver a los inmigrantes como una amenaza. Quienes pretenden enfrentarnos entre nosotros son nuestros peores enemigos. Esos dirigentes políticos, tanto los que están en el poder como los que esperan estarlo, están al servicio de los más ricos y no les importa nuestra vida más de lo que les importa la vida de los migrantes.
Por otro lado, los migrantes estarán a nuestro lado en el lugar de trabajo y en nuestros barrios, y se convertirán en nuestros hermanos y hermanas de clase. Y como trabajadores, debemos estar a favor de la libertad de circulación y de establecimiento y de que todos los trabajadores, vengan de donde vengan, tengan los mismos derechos. No es sólo una cuestión de humanidad, es también una cuestión vital para el campo de la clase obrera. La clase obrera puede ser una fuerza considerable, con una energía revolucionaria irresistible, pero sólo si está unida por la conciencia de clase y por un partido con un programa para derrocar el orden social imperialista que está pudriendo nuestras vidas aquí y las vidas de miles de millones de seres humanos en todo el mundo.
Proletarios de todos los países, ¡uníos!
Nathalie Arthaud
Editorial de los boletines de empresas del 25 de septiembre de 2023