Contra el gran capital y sus guerras: ¡alzar la bandera de los trabajadores!

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 6 de mayo de 2024
6 de mayo de 2024

Arranca la campaña de las elecciones europeas. Sólo siete u ocho de las listas entregadas podrán expresarse en los platós de televisión, cuando las demás estarán sin acceso a los medios o casi.

Las listas escogidas por los medios dicen que tienen una política para Europa, pero en realidad, todas quieren ante todo posicionarse para dirigir los negocios de la burguesía francesa.

Odiado por las clases populares tras sus siete años de presidencia gastados en ataques a los trabajadores, Macron busca movilizar a su bando, el bando de los ricos, agitando el peligro de desaparición de Europa.

Bardella* se llena la boca con “Francia”. Encabeza los sondeos, gracias a que su partido RN nunca ha ejercido el poder y no está desgastado. Dice que es antisistema, pero en la cabeza de su lista están los altos funcionarios, ex prefectos, abogados y comisarios de policía, que demuestran a la burguesía que su partido está dispuesto a servirla.

Más allá de la rivalidad politiquera existe un consenso entre todos los candidatos desde la izquierda hasta la extrema derecha: la soberanía francesa estaría en peligro debido a la competencia desleal. Sin embargo, para nosotros los trabajadores, ¿qué significa la soberanía nacional?

Quienes toman decisiones vitales para los trabajadores – ya vivan en París, Berlín o Varsovia – son los dueños de los grandes grupos. Michelín y Tesla deciden dónde y cuándo abren o cierran una fábrica. TotalEnergies y Eni imponen el precio de la energía, Auchan y Lidl imponen los precios en los supermercados.

Quien diga que las fronteras nacionales nos protegen está mintiendo y sembrando división entre la clase trabajadora. ¿Quién nos explota? ¿Quién despide? ¿Quién congela los salarios y aplaza la jubilación? ¡En ningún caso los obreros polacos o moldavos! Son los grupos riquísimos tipo Sanofi o Stellantis los que recortan empleo y eliminan empresas subcontratas.

Los políticos les sirven, con subvenciones o legislación, un día en el gobierno francés, al día siguiente en las instituciones europeas, así como Thierry Breton** y Christine Lagarde***.

Las clases populares siempre pagan las consecuencias de la guerra económica que se libra entre los grandes grupos por la conquista de los mercados. La rivalidad se da en el seno de la Unión Europea, puesto que no se trata de un espacio de paz, sino de un campo de batalla económico. La UE fue construida para organizar, a través del mercadeo, la competencia entre grupos industriales y bancarios más potentes del amplio mercado europeo.

La competencia económica se hace con los músculos y los nervios de los trabajadores. En Europa, produce precariedad, subcontratación y cierres de fábricas que arruinan a ciudades enteras. En África o en Oriente Medio, produce guerras por el uranio, las tierras raras y el petróleo. Allá, la competencia entre los trust viene arrastrando millones de muertos y refugiados sin esperanza.

Ahora la guerra está generalizándose y vuelve a envolver a Europa. Ya se libra en Ucrania. Todos los dirigentes, jefes de Estado y altos mandos militares, preparan abiertamente su entrada en esa guerra.

Se trata de una preparación material, con gastos multimillonarios en producción de armas. Los hospitales están abandonados, pero hay dinero para comprar misiles.

Una preparación moral también: nos quieren acostumbrar a marchar en fila detrás de la bandera tricolor. Llenándose la boca con “los intereses de Francia” nos están preparando para que aceptemos morir por los intereses de los capitalistas.

Hoy en día, sacrifican nuestros empleos y nuestras pensiones; arremeten contra nuestras condiciones laborales en nombre de la competitividad. Mañana, los mismos sacrificarán directamente nuestras vidas, convertirán a nuestros hijos en carne de cañón, en nombre de la democracia y la libertad.

Por todo ello, el próximo 9 de junio tenemos que usar la papeleta para afirmar que nos negamos a sacrificarnos en beneficio del gran capital, y que no confiamos en los políticos que se pelean por gestionar sus negocios. Es preciso afirmar que los trabajadores hacemos funcionar la sociedad y tenemos que dirigirla. No habrá paz en la tierra mientras el capital mantenga su dictadura sobre la sociedad. Vengan de donde vengan, los trabajadores deben unirse para derrocar esa dictadura.

La única lista que defiende ese programa es la que encabezo junto con mi compañero Jean-Pierre Mercier, la lista “Lutte ouvrière, el bando de los trabajadores”.

Nathalie Arthaud

Editorial de los boletines de empresas del 6 de mayo de 2024

* candidato de extrema derecha (RN)

** exministro francés ahora comisario europeo de Mercado Interior

*** exministra también, ahora presidenta del Banco Central Europeo