Lluvia de másteres, para ricos y políticos

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Octubre de 2018

Son numerosos los casos de políticos con titulaciones obtenidas de forma fraudulenta, o irregular como gusta llamar algunos y puede que sigan apareciendo más casos. Todo esto ha puesto al descubierto la red de favores entre el ámbito universitario y el político.
Frente al estudiante que se esfuerza por conocer, que se endeuda para obtener una titulación y llegar a alcanzar sus metas profesionales, nos encontramos con gente de bajo nivel intelectual, que han llegado a alcanzar puestos políticos, aprovechar ese poder e influencia para lograr titulaciones sin esfuerzo alguno.
Dentro de la educación universitaria hay gente sin escrúpulos que ha visto, gracias a sus contactos políticos, como puede lucrarse mediante la venta de titulaciones. Entre todos nos están ofreciendo una visión de la docencia en degradación. Ya se ha convertido en tema principal en los medios, sus constantes apariciones nublan otros temas importantes. Desvían la atención sobre los problemas reales de la clase trabajadora como el paro, las pensiones, la pobreza, que atenaza a muchas familias junto a la subida de los precios básicos. Hace poco también han salido a la luz nuevos datos sobre la violencia hacia la mujer. Nada de todo esto se refleja en un trabajo político real.
Nada de eso les importa, estos que dicen representarnos, discuten como niños a los que han pillado falseando sus deberes. Ni desde las Universidades ni desde la política, nadie parece estar dispuesto a abordar el problema, pues unos y otros son parte de él. Todo el sistema económico, social, educativo etc., está dominado por el dinero de los grandes capitalistas y sus políticos gestionan la administración y el Estado a su servicio.
La Universidad, a partir de la entrada del Plan Bolonia, que financiarizó y mercantilizó la educación superior y la hizo más elitista aún, ha permitido este tipo de cosas. Ese cambio de paradigma se apoya en tramas y favores de cargos del Estado y sus directrices se guían por el clientelismo político y docente en ese ámbito, determinados por los intereses de los grandes bancos y empresas que se benefician con los másteres para su producción, préstamos y formación de sus élites directivas.
Las clases populares han tenido siempre grandes dificultades para acceder a la universidad, a pesar de lo que venían diciendo, desde la ‘democratización’ de la enseñanza en los ochenta. La dependencia económica ha lastrado siempre los deseos de estudiar e instruirse de la clase trabajadora, mientras los ricos, los ‘otros’ hacían carrera y estudiaban idiomas. Ser médico no es fácil si vienes de familia trabajadora, es imposible si tienes que contribuir a su sostén con un trabajo precario.
La enseñanza, escuelas, institutos, universidad, en España se sostiene con los impuestos. Ya sean públicas o privadas, todas reciben dinero del estado, gracias al trabajo de la mayoría trabajadora explotada que son los que pagan impuestos. Sin embargo, como parte de ese esfuerzo que la clase trabajadora hace, el acceso a niveles superiores de estudios está restringido, ya desde antes que nuestros hijos pongan un pie en la escuela, debido a las condiciones económicas impuestas por este sistema capitalista. Sistema que nuestros políticos defienden y alimentan.
Solo cuando la clase trabajadora se emancipe realmente de las leyes del capital, se impondrá la verdadera educación universal, igualitaria y liberadora, organizada por el pueblo y para el pueblo trabajador.