La humanidad ha tenido ha tenido diferentes formas de organización social a lo largo de la historia. Hoy en día se le llama capitalismo a la forma de organización económica y social actual, y se caracteriza por estar los medios de producción en manos privadas, de la burguesía. El capitalismo se rige por las leyes de acumulación de capital. Esto significa que las inversiones, la producción están destinadas a tener ganancias privadas y su lucha con la competencia le hace abaratar sus costes y para abaratarlos sólo hay una manera: bajar los salarios e introducir tecnología. Solo los capitalistas que tengan más éxitos serán los que sobrevivan dejando atrás y haciendo desaparecer a los que no ganen el suficiente dinero, “la lucha competitiva se libra mediante el abaratamiento de las mercancías”.
La actual crisis económica es agravada por la covid19, pero eso no quiere decir que sea causada exclusivamente por la pandemia. Podemos afirmar que antes de la pandemia los datos de desempleo a finales del 2019 principio del 2020 todavía no se habían recuperado de la anterior crisis del 2008, es más, habían aumentado.
Según datos oficiales del INE y la EPA en enero de 2008 el porcentaje de desempleo era del 13,8% (2,26 millones de trabajadores en paro), frente al 15,82% de la población activa en paro que había en diciembre del 2019 (3,7 millones de parados), aumentando en el tercer trimestre del 2020 hasta el 13,92%. Otro dato a tener en cuenta es el crecimiento del PIB (producto interior bruto) que en el año 2007 era de 3,8%, cayendo en el crac del 2007/2008 a un -4% en el primer trimestre y llegando solo en el 2018 al 2,8% de recuperación. Lo que indica que la producción, el intercambio de mercancías y su distribución no han variado desde entonces.
En cuanto a los salarios, la prueba más fehaciente de que han bajado son también los datos de la INE, que señalan que los sueldos mejor pagados son los de los trabajadores más antiguos (entre 55 y 59 años de edad). Hay que destacar que el salario más frecuente en España es de 17.482 euros al año.
La estrategia de la patronal pasa por aprovechar la pandemia para precarizar y despedir a más trabajadores que, hasta ahora, tienen condiciones de trabajo más dignas y mejor remuneradas. Con las ayudas del gobierno pretenden abaratar costes de producción, con la renovación tecnológica y aprovechando una mano de obra sobrante y disponible a bajo costo que les dé suculentas ganancias.
Ante esta situación la única salida que le queda a la clase trabajadora es el socialismo, es decir una forma distinta de organizar a la sociedad. Una sociedad donde los grandes medios de producción sean colectivos y no individuales ni privados, y cuyo fin no sea la ganancia individual sino el bien común y colectivo.
Otra cosa que no sea un cambio radical del sistema será repetir los mismos errores de crisis anteriores… O sea, más despidos y precarización de la clase trabajadora.