Tras el éxito de la manifestación interprofesional del martes 17 de noviembre, los huelguistas de la RATP, (Empresa de buses, tranvía, y metro de París y cercanías), seguían decididos a continuar la huelga. En los dos días siguientes, las iniciativas propuestas por las asambleas generales fueron numerosas y diversificadas para mostrar que la alternativa era la huelga y no la tregua, y dirigirse a los demás trabajadores.
La huelga se ha mantenido con porcentajes muy altos entre los conductores del metro: entre 90 y 99% según las líneas. Los intentos por parte de la dirección de abrir nuevas lineas han resultado irrisorios. Por ejemplo el viernes 20 de diciembre, la dirección anunció la apertura de la linea 12. En realidad, solo estuvo abierta desde el Ayuntamiento de Issy a Falguière, lo que corresponde a siete estaciones, ¡y sólo de 16 a 19:30! Tres trenes en total circulaban en este pequeño tramo, conducidos por tres agentes de la RATP.
Los porcentajes de huelguistas eran mucho más heterogéneos entre los demás sectores de la RATP pero incluso entre los que han reanudado el trabajo por dificultades financieras o porque empezaban sus vacaciones, el sentimiento que dominaba ampliamente era la solidaridad con los huelguistas y la hostilidad hacia el proyecto de reforma de pensiones del gobierno.
El viernes 20 de diciembre, las reacciones fueron casi unánimes en las terminales y en las cocheras de la RATP, afiliados a sindicatos y trabajadores sin afiliación sindical, para reafirmar que la huelga continuaba y que no habría tregua durante el periodo de fiestas de fin de año.
La mejor respuesta a Macron y a algunos sindicatos que pedían una tregua fue el éxito de la reunión del lunes 23 de diciembre frente a la sede de la RATP en Bercy (París), convocada inicialmente por la asamblea general de la terminal de Porte de Saint Cloud (línea 9) rápidamente retomada por los numerosos huelguistas de la RATP y luego por los de la SNCF (ferrocarriles franceses)
El lunes 23 de diciembre, alrededor de un millar de huelguistas de la SNCF y de la RATP se reunieron frente a la sede de ésta, en París-Bercy, para mostrar al Gobierno que su determinación sigue intacta.
Los conductores de las líneas de metro 2, 5, 6, 9 y 10 acompañados por trabajadores de mantenimiento de Fontenay y conductores de autobuses de las cocheras de Lagny, se habían reunido previamente en una asamblea general especialmente exitosa en la estación de Nation. Luego todos marcharon en una manifestación improvisada hacia Bercy.
A ellos se unieron, recibidos con aclamaciones, los trabajadores del ferrocarril de la estación de Lyon, venidos para expresar hasta qué punto, el 13 de septiembre, fue la determinación de los trabajadores de la RATP la que convenció a los trabajadores del ferrocarril de entrar en lucha.
Tras varias intervenciones, afirmando la voluntad de ir hasta la retirada del proyecto de reforma de las pensiones, la reunión se dirigió hacia la asamblea de los ferroviarios de la estación Lyon, no lejos de allí. Los antidisturbios intentaron bloquear el camino, pero algunos huelguistas que conocen bien la estación han sabido encontrar un camino alternativo. En un ambiente serio y con determinación, los trabajadores ferroviarios y RATP han reafirmado su voluntad de no retroceder hasta el abandono de la reforma por parte del gobierno.