En la segunda vuelta, por tanto, se enfrentarán Marine Le Pen¹ y Emmanuel Macron.
Ambos son enemigos de la clase trabajadora, como lo demuestran sus referencias.
Marine Le Pen nunca ha estado en el poder, lo que le hace ganar un buen punto en ciertos círculos de la clase trabajadora, asqueada por las renuncias y traiciones de los partidos de izquierda en el gobierno. Pero detrás de su engatusamiento para ganar los votos del electorado popular, es una burguesa, una defensora de la sociedad capitalista.
Su partido es el heredero de los defensores de la Argelia francesa y de la OAS², teniendo hoy, a su sombra, hermandades fascistas de la policía y del ejército. Son enemigos mortales para los trabajadores, llamados a servir de auxiliares del aparato estatal de la burguesía en caso de intensificación de las luchas sociales.
La demagogia antiinmigrante de Le Pen ya tiene como objetivo dividir a los trabajadores, enfrentarlos entre sí y, de este modo, debilitarlos.
Si llegara al poder, lo ejercería en interés de los más ricos, como todos sus predecesores, pero de forma aún más autoritaria y reaccionaria.
Frente a ella, está Macron, el ex banquero, representante de su clase social hasta la caricatura, con su abierto desprecio por los trabajadores y los pobres, su desprecio por todo lo que no provenga de los poderes del dinero. Sus referencias son sus años en el Elíseo³. Todas sus "reformas" han sido otros tantos golpes para los asalariados, los pensionistas y los parados.
Con un cinismo que roza la sinceridad, promete a las clases trabajadoras "sangre y lágrimas".
Macron se presenta como una muralla contra el ascenso de la extrema derecha. ¡Mentira! Su mandato de cinco años lo ha reforzado. El odio a Macron entre las clases populares ha llevado a los votantes más desorientados a los brazos de Le Pen. La reelección de Macron no hará desaparecer las fuerzas fascistas, ¡al contrario! Encontrarán un vigor reforzado que empujará a Macron cada vez más a la derecha.
¡Los trabajadores no tienen que apoyar a su futuro opresor con sus votos!
Agradezco a los votantes que me dieron su voto. Han expresado así su conciencia de pertenencia al campo obrero. Aunque sea una minoría, este electorado ha demostrado que la corriente comunista revolucionaria sigue ahí; que las mujeres y los hombres siguen llevando el programa de la revolución social, es decir, del derrocamiento de la dictadura de la gran burguesía imperialista en el mundo, de su sustitución por el poder democrático de los trabajadores hoy explotados y oprimidos.
En esta segunda vuelta, se pide al electorado de la clase trabajadora que elija entre la peste y el cólera.
¡Por mi parte, rechazo esta elección y votaré en blanco para rechazar tanto a Macron como a Le Pen!
Gane quien gane, no hay que desanimarse ni bajar la cabeza. Al contrario. La fuerza de los trabajadores no está en las urnas, sino en sus propias luchas. Deben ser conscientes de que tendrán un enemigo en el Elíseo.
La crisis de la economía se agrava cada día, acelerada por la guerra en curso en Ucrania y todas sus consecuencias, como el aumento de la especulación. La economía capitalista se hunde en el caos y las clases trabajadoras serán inevitablemente las víctimas.
Nuestras hermanas y hermanos proletarios de Ucrania están muriendo hoy bajo las bombas; los de Rusia también están sufriendo una guerra que no querían y en la que no tienen ningún interés. Las masas pobres del continente africano se ven abocadas a la inanición por la subida de los precios de los alimentos.
Pero seamos sinceros, este es también el futuro que la gran burguesía nos tiene reservado aquí en Francia, uno de los países más ricos del planeta.
Nuestro futuro no depende del paripé de unas elecciones, aunque sean presidenciales. Depende de la capacidad de las masas pobres para reaccionar eficazmente ante la guerra social que libra contra ellas la gran burguesía. En esta lucha, el papel decisivo corresponde al proletariado, a los que hacen funcionar la economía y la sociedad, y que son también los únicos que pueden cambiarla.
Sólo las luchas obreras harán retroceder a la patronal, a la gran burguesía y a sus oficinistas políticos. Nuestro futuro depende de todos nosotros.
Nathalie Arthaud
Editorial de los boletines de empresas del 11 de abril de 2022
Notas del traductor:
(1) Líder del principal partido de la extrema derecha francesa.
(2) Organización paramilitar a favor de que Francia se quedara en Argelia. Acometió atentados en los años 60.
(3) Palacio del presidente.