El lunes 9 de noviembre, en la ciudad mexicana de Cancún, la policía abrió fuego contra manifestantes que intentaban invadir el ayuntamiento en protesta por el asesinato la semana anterior de una mujer de 20 años, una más en esta región ya gravemente afectada. La manifestación apuntó de manera más amplia a denunciar la impotencia deliberada del Estado mexicano frente a la violencia contra las mujeres. Al menos diez son asesinadas todos los días, casi 4.000 al año.

La represión - cuatro periodistas heridos, ocho manifestantes detenidos - contra esta manifestación demuestra que los manifestantes no tienen nada que esperar del poder establecido. Esto ya se constató por el tratamiento de manifestaciones anteriores contra las mismas violencias en diferentes ciudades del país.

“Nuestro miedo se convirtió en rabia”, dijo un manifestante. A pesar de las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de ser progresista, cada vez más mujeres mexicanas entienden que solo pueden confiar en sí mismas.

Traducido de Lutte Ouvrière