El confinamiento ha mostrado la cara más cruel de un sistema económico y social en el cual el dinero, los beneficios, es lo importante, mientras que la humanidad sufre carencias de todo tipo. Esto se ha puesto de relieve desde el primer momento cuando se han mantenido actividades no esenciales a costa de aumentar el contagio. Cientos de empresas han obligado a sus trabajadores a producir o realizar sus servicios en condiciones precarias sin medios de protección, hacinados provocando el contagio masivo. La actuación de estas empresas es un crimen contra los derechos laborales y sube un peldaño en la explotación humana.
Un ejemplo ha sido Airbus obligando a trabajar, con centenares de trabajadores infectados y muertos por la epidemia. El sindicato CGT ha tenido que convocar huelga indefinida para que el personal pueda quedarse en casa y protegerse de la epidemia a costa de no cobrar los salarios. El mismo caso de Atento y otras subcontratas de telefonía.
CLECE, la empresa de Florentino Pérez, despedía a las empleadas que denunciaban que faltaba material en las residencias de ancianos. Su negocio con la precariedad de medios y explotación de las trabajadoras mantiene los dividendos de los accionistas. Después hablarán de “donaciones” a la sanidad como las de Inditex, empresa que gana millones explotando la mano de obra barata internacional de sus empleados y que encima esconde sus beneficios en los paraísos fiscales.
Las empresas del Ibex 35 mantienen 805 filiales en paraísos fiscales, el 80% en la propia UE, hacia los que desvían beneficios empresariales, ocasionando pérdidas multimillonarias en los ingresos del Estado por el ya muy mermado Impuesto de Sociedades. De esta forma, a pesar del incremento espectacular de beneficios declarados estos últimos años, los ingresos estatales por este impuesto han sido la mitad, mientras los ingresos procedentes de impuestos indirectos como el IVA -que pagamos todos- han subido un 14%. Los beneficios de estas empresas en los años 2018 y 2019, según la CNMV, suman 77.677 millones de euros.
Las empresas del Ibex35 que más filiales poseen en paraísos fiscales son el Banco de Santander con 207, le siguen ACS con 102, Repsol con 70, Ferrovial con 65 y ArcelorMittal con 55. Son cifras que cualquiera puede obtener en los medios digitales. Y mientras tanto cientos de miles de autónomos tienen que cerrar con pocas o ninguna ayuda.
En medio de esta hecatombe económica y sanitaria se toma una medida necesaria y los trabajadores de estas actividades tendrán un permiso retribuido. Aun así, el gobierno no ceja en su empeño de facilitarle el camino a los empresarios, las horas no trabajadas serán recuperables por la empresa y de este modo no se verán afectados sus ingentes beneficios.
¡Frente a tanto desprecio por la clase trabajadora solo cabe unirse y luchar!