El primero de Mayo la Fiesta internacional de los trabajadores ha estado centrada en la lucha contra la Ley Macrón que aumenta la edad de jubilación a los 64 años y se tienen que trabajar cotizando 43 años. Recordemos que en España, desde Zapatero, la edad de jubilación está a los 67 años y ahora, con el último acuerdo está en 25 años de cotización y 27 dentro de unos años.
Se realizaron 300 protestas en toda Francia y asistieron cientos de miles de trabajadores para mostrar su oposición al aumento de años de jubilación a los 64 años. Como expresa Nathalie Arthaud, portavoz de Lutte Ouvriere: “Más allá de Macron y su arrogancia, es la burguesía la que impone el retroceso de nuestros derechos y nuestro poder adquisitivo, mientras acumula riqueza como nunca. Ella lidera la lucha de clases y nunca se detiene… No hay razón para que los trabajadores bajen la guardia.”(…) “Lo vemos con el aumento de los precios, la guerra económica y las tensiones internacionales: la burguesía y los políticos a su servicio no han terminado de imponernos sacrificios. La deuda y la amenaza de generalización de la guerra son amenazas que flotan sobre nuestras cabezas. ¡No dejemos las manos libres a los que dirigen la sociedad!”
Como estamos presenciando, los ataques de la patronal, de las burguesías en cualquier país del mundo capitalista, se suceden con ligeras variantes. Los capitalistas hacen, básicamente, la misma política contra la clase trabajadora y esto es así debido a que el sistema económico es internacional. Este sistema capitalista también ha creado una clase trabajadora, el proletariado, que tiene los mismos problemas esenciales, todos provenientes de la explotación de un sistema que necesita estrujar al trabajador para obtener sus beneficios, la plusvalía.
De hecho, básicamente el ataque generalizado a las pensiones en España y en Francia es el mismo, defendidos con los mismos argumentos de los políticos de la burguesía. El fondo del tema es que la burguesía quiere obtener beneficios con el trabajo de la sociedad y necesita bajar los salarios de los que están en activo, pagar menos en la cotización para la jubilación y así obtener más beneficios; de camino utilizan los fondos de pensiones privados para obtener capital para invertir y seguir con la rueda de la acumulación capitalista. Y como ocurre en sanidad o los demás servicios públicos, la privatización de estos servicios es el suculento manjar de beneficios para bancos y demás capitalistas a costa del dinero de toda la sociedad obrera que cotiza.
En Francia y en España las mismas mentiras de los políticos para mantener los beneficios de sus burguesías
Tanto en Francia como en España el sistema de pensiones existente hoy en día, llamado de reparto, son los trabajadores en activo los que pagan las pensiones de los que se jubilan. Los gobiernos dicen que como la natalidad disminuye y la esperanza de vida se alarga cada año, habrá menos trabajadores que coticen por cada generación que se jubila. Desde el gobierno francés se afirma que dentro de cuarenta años sólo habrá un activo para pagar la pensión de un jubilado. Consecuencia: no habrá dinero suficiente para pagar a las generaciones futuras que se jubilen. Sin embargo, el PIB y la productividad han aumentado por tres o por cuatro desde hace 60 años. Es decir, el desarrollo y la riqueza de los países capitalistas han aumentado. Lo que antes producía cuatro o cinco trabajadores hoy lo produce uno. En Francia un trabajador en activo hoy produce por cada hora de trabajo una media de diez veces más que un trabajador activo de hace medio siglo. Todo lo que se produce en los países, tanto en Francia como en España se ha multiplicado. El PIB, todo lo que se produce en un país en un año, así lo indica.
La riqueza producida por los trabajadores en activo sería de hecho más que suficiente para que los jubilados vivieran dignamente. Y sería aún más justo que parte de este aumento de la productividad que viene del aumento de la intensidad cada vez mayor del ritmo de trabajo, desde las cadenas de producción, hasta las cajeras de los supermercados y del incremento de la productividad debido al desarrollo de las tecnologias, se destinase a sostener las pensiones. El problema real es que el aumento de la productividad y de la riqueza generada por el mundo del trabajo sirve para enriquecer aún más a los que ya son ricos: financieros, familias burguesas, grandes empresarios.
Solo por poner un ejemplo en 1980, el PIB español era de 159.100 millones de euros, en 2022 fueron 1.328.922 millones, es decir, ¡más de un billón! ¡Ocho veces más! En Francia para los mismos años fue de 504.931 millones de euros para 1980 y 2.642.713 millones, es decir dos billones en 2022. Como vemos los argumentos de los políticos burgueses se caen por sí mismos. Es la misma estrategia de los capitalistas y sus políticos para aumentar los beneficios empresariales y financieros. Es mentira que el sistema de pensiones no se mantenga, es la necesidad de los capitalistas de mantener los beneficios, que en estos años de crisis disminuyen, lo que provoca estas políticas contra las pensiones. Es un sistema económico que no puede vivir sin chupar la sangre de la clase trabajadora.
Es por tanto necesario, no solo luchar como se está haciendo en Francia, sino recuperar la solidaridad internacionalista de la clase trabajadora que en este 1º de Mayo se ha manifestado en el mundo entero.
¿Y los sindicatos?
Una de las diferencias entre los gobiernos de Macrón en Francia y de Pedro Sánchez en España es la utilización de las burocracias sindicales para los fines de sus respectivas burguesías. Mientras que en Francia la arrogancia de Macrón impone una política de hechos consumados y no necesita el pacto con los sindicatos mayoritarios y burocratizados, en España el “gobierno de progreso” pacta la misma cosa en lo fundamental con CCOO y UGT y así aparentar un acuerdo progresista que es falso y un engaño a los trabajadores. Recordemos que la jubilación en España está a los 67 años, en Francia ahora a los 64, y el tiempo de cotización 27 y 43 respectivamente, siendo España un país menos industrializado, con menos renta, con mucho más desempleo y precariedad que Francia. Para Macrón aguantar las manifestaciones es posible, aguantar una generalización de las huelgas sería imposible y esto las burocracias sindicales no quieren. Como comentó Nathalie Arthaud, la burguesía no teme que las basuras ardan en París sino “que no se recojan”. Unificar las luchas, generalizarlas y unirlas a las demás reivindicaciones obreras, como la subida de salarios sería la estrategia clásica de la clase obrera hasta hacerla generalizar internacionalmente como hicieron las internacionales obreras en el pasado. Y son los revolucionarios los que tenemos que proponerla.