Comunicado : Tras la muerte de Nahel, ¡una ira legítima!

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 29 de junio de 2023
29 de junio de 2023

La ejecución de Nahel, de 17 años, en Nanterre* por un policía desencadenó una ola de disturbios que refleja la legítima cólera de los jóvenes de los barrios populares. Hoy, quienes nos gobiernan llaman a la no violencia y nos piden que confiemos en la justicia. Pero, ¿dónde está la justicia?

La policía dispara a matar a los jóvenes, ¡y eso no es nada nuevo! El racismo y la discriminación laboral ¡tampoco son nada nuevo! Igual que el deterioro de la educación, la vivienda y el transporte en los barrios obreros.

¿Y qué justicia hay para los trabajadores de esos barrios? Son la columna vertebral de toda la economía, trabajan duro y cada vez tienen más dificultades para llegar a fin de mes, aunque sólo sea para alimentar adecuadamente a sus familias.

¿El gobierno predica la no violencia? Pero fue con violencia como nos obligó a trabajar dos años más. Con violencia intentó silenciar a los manifestantes. Fue con violencia como persiguió a hombres y mujeres que no tenían papeles.

Así que, sí, la violencia sale por todos los poros de esta sociedad podrida por la injusticia. Proviene ante todo de la explotación, de los bajos salarios y del desprecio con que la patronal, los ricos y los poderes públicos tienen sometido al mundo obrero.

En esta sociedad dominada por el dinero, el lugar asignado a los trabajadores y a sus hijos es el de servir a los más ricos. Deben hacerse muy pequeños y plegarse a los caprichos de la burguesía y de su sistema de explotación. Sus vidas cuentan poco a los ojos del poder, de la policía y de los tribunales.

La policía y los tribunales sólo están ahí para proteger un orden social injusto que nos condena a una desigualdad cada vez mayor, a la barbarie, a la violencia e incluso a la guerra. Y unos cuantos cambios legislativos no van a cambiar la situación.

¿Cómo no comprender entonces la revuelta actual de una parte de los jóvenes de barrios populares?

Pero esta revuelta será en vano si no encuentra otra forma de expresarse que quemando contenedores de basura, coches de vecinos o edificios públicos. Porque las primeras víctimas serán, como siempre, los más pobres. Para que el viento de la revuelta sople en una dirección que no sea la de la autodestrucción, debe llevar al campo obrero -es decir, a la clase trabajadora, compuesta esencialmente por mujeres y hombres de los barrios populares, jóvenes y no tan jóvenes, cualquiera que sea su origen- a implicarse políticamente en el cambio de la sociedad.

Lo que falta hoy es un partido revolucionario capaz de ofrecer una salida constructiva haciendo avanzar la lucha contra los que dirigen la sociedad y son los verdaderos incendiarios.

Los trabajadores tienen el poder de desafiar este orden social. Lo producen todo, participan en el funcionamiento de toda la maquinaria de la administración y de los servicios necesarios para nuestra vida cotidiana. Conocen los problemas de la mayoría de la gente, porque los viven ellos mismos. Pueden sacar a la sociedad de esta trampa infernal si se dan cuenta de que les corresponde dirigirla y si se arman de una política revolucionaria.

En este sentido, Lutte Ouvrière llama a las concentraciones organizadas para protestar contra este asesinato.

29 de junio de 2023, Nathalie Arthaud, portavoz de Lutte ouvrière.

 

* Nota del traductor: Nanterre es un pueblo del oeste de París, donde Nahel murió por el disparo de un agente de policía durante un control de tráfico. En contra de lo que afirma el tirador, un vídeo muestra claramente que no fue en defensa propia.