El espectáculo estaba servido en la pasada final de la copa del rey, donde dieron una espectacular pitada al sonar el himno de España. Anécdota que a muchos ha resultado simpática, levantando enfado en otros sectores. Recurriendo a la ironía, pareciera que cómo la economía, la corrupción y el paro están ya arreglados, en los meses que faltan están puliendo detalles de cómo legislar silbidos.
El fútbol es un deporte-espectáculo que nos lo han metido tanto en nuestras vidas, que parece lo más importante para muchos. Mientras estemos pensando en la victoria de nuestro equipo no pensaremos en la derrota que sufrimos alrededor. Sin embargo la deuda de la LFP es de 2757 millones de los cuales 496 son con la agencia tributaria (datos de la memoria económica de la Liga de Fútbol Profesional 2014). Clubes que anuncian contratos multimillonarios, como el de Cristiano Ronaldo en el 2009 por 94 millones, en plena crisis mundial.
Clubes que son grandes empresas y como tales son tratadas, de ahí tantos privilegios. Privilegios que pagamos todas las personas con la degradación de nuestros servicios públicos. Por ejemplo el presupuesto asignado a Cultura en los presupuestos del Estado de 2015 ha sido de 749 millones y 3864 millones el de Sanidad. Si las deudas del futbol se dedicaran a esos menesteres... ¡cómo mejorarían!
¡Que el color de nuestro equipo sea el de la defensa de la dignidad, el trabajo y unos servicios públicos universales y de calidad!