Hace 500 años, entre 1524 y 1526, una profunda rebelión campesina sacudió gran parte de lo que hoy es Alemania y Austria, y se extendió a regiones que han pasado a ser polacas (Alta Silesia) o francesas (Alsacia) y a ciertos cantones suizos. Amenazó el orden feudal y fue aplastada sin piedad. La represión, que causó decenas de miles de muertos, estuvo a la altura del miedo que se había apoderado de los gobernantes.
A este acontecimiento dedicó Friedrich Engels varios artículos en el verano de 1850, que fueron publicados en la Neue Rheinische Zeitung, Politisch-ökonomische Revue (Nueva Gaceta Renana, revista político-económica) dirigida por Karl Marx. Más tarde se reunieron en una obra intitulada La guerra de los campesinos en Alemania. Escrito en el exilio en Londres, tras el fracaso de la revolución de 1848-1849, el texto de Engels no pretendía ser una obra de historiador, ni pretendía aportar nueva documentación: encontró los elementos necesarios para su obra en un libro escrito unos años antes por Wilhelm Zimmermann, un joven hegeliano1 que había participado en los acontecimientos de 1848.
Al igual que Marx, que en la misma época había analizado la revolución de 1848 en una serie de artículos : Las luchas de clases en Francia, el objetivo de Engels era aplicar el método materialista a un hecho histórico: explicar el origen de la revuelta campesina, poner de relieve las relaciones entre las clases en acción y el resultado de la lucha. Al señalar, más allá de los diferentes períodos, la similitud del curso general de los acontecimientos, se trataba de ayudar a todos los que habían participado en los episodios revolucionarios de 1848 a comprender lo que acababa de suceder, y de armarlos para las luchas futuras.
Engels relata la rebelión de los campesinos, destacando la considerable energía revolucionaria que desplegaron. Aplastado por los impuestos, la servidumbre feodal, la guerra, el pillaje y la arbitrariedad constante de nobles y sacerdotes, el campesinado se sublevó en numerosas ocasiones a partir de 1450, quemando periódicamente castillos y monasterios. Ejemplos de ello son la revuelta de Bundschuh2 y la del Pobre Conrado, etcétera. A pesar de la bárbara represión (decapitaciones, destripamientos,...), la llama de la revuelta se reavivaba constantemente y se transmitía de generación en generación. En 1524, los campesinos de diversas partes de Alemania volvieron a sublevarse en un vasto movimiento que duró dos años. También habían abrazado las ideas de la Reforma, desarrolladas por Martín Lutero, que hablaba de igualdad en la tierra y no sólo en el cielo.
Pero pronto, asustado por la profundidad de la revuelta campesina, que tomó sus palabras al pie de la letra, Lutero se unió al bando de los nobles, mientras que el predicador anabaptista Thomas Müntzer asumió el liderazgo de la insurrección, y pagó por ello con su vida. Para Engels, la unión de la burguesía a la nobleza alemana en 1848, frente a la emergencia política del proletariado, ofrecía un sorprendente paralelismo con la Guerra de los Campesinos que había tenido lugar tres siglos antes.
A partir de 1870, el incipiente Partido Socialdemócrata Alemán editó varias veces el libro de Engels, y este contribuyó a la formación de numerosos militantes. La única edición francesa disponible en la actualidad es la publicada en abril de 2021 por Éditions sociales. Incluye una introducción que analiza el texto de Engels principalmente desde un punto de vista académico, en línea con la historiografía aséptica ahora en boga, a diferencia de la del comunista ruso David Riazanov para la edición francesa de 1929, publicada por Éditions sociales internationales3. En los últimos 150 años el conocimiento histórico de los acontecimientos ha mejorado. El propio Engels, en los últimos diez años de su vida, dejó claro en varias ocasiones que su texto necesitaba ser reelaborado y completado, sobre todo en lo relativo al papel de las ideologías religiosas y políticas. Incluso pensó en integrarlo en una vasta historia de Alemania. Preocupado por tareas más urgentes, no tuvo tiempo de hacerlo. Nos quedan, pues, sus análisis y razonamientos. Una vez más, el objetivo de su obra no era histórico, sino militante. La única lectura de ella que pueden hacer los que se plantean cambiar el mundo es la de Engels.
18/02/2025
1Discípulo del filósofo alemán Georg Hegel que adopto su método de razonamiento (dialéctica) pero queriendo desarrollar su potencial revolucionario.
2Literalmente: el zapato con cordones, usado por los campesinos.
3En francés : https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k30755958,