Níger: golpe de Estado y cálculos imperialistas

Εκτύπωση
Textos del semanario Lutte Ouvrière - 9 de agosto de 2023
9 de agosto de 2023

Tras el golpe militar del 26 de julio contra el presidente de Níger, Mohamed Bazoun, los países vecinos de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) impusieron sanciones económicas y amenazaron a los golpistas con una intervención militar.

Cuando expiró el ultimátum, el 6 de julio, los golpistas dirigidos por el general Tiani seguían en el poder, y su popularidad parecía haber aumentado. Los dirigentes de la CEDEAO, presidida por Nigeria, país anglófono de 220 millones de habitantes, junto con países francófonos como Senegal y Costa de Marfil, anunciaron una cumbre el 10 de agosto para decidir qué medidas tomar.

Detrás de la CEDEAO maniobran Francia, antigua potencia colonial, y Estados Unidos, para quien Níger es "el eje de la estabilidad en el Sahel". Con el pretexto de ayudar a los países del Sahel a perseguir a los yihadistas, pero sobre todo para defender los intereses de sus industriales, como Orano, antigua Areva, presentes en esta vasta región, estos dos países tienen una base militar en Níger.

Las tropas francesas, repatriadas a Níger tras ser expulsadas de los vecinos Mali y Burkina Faso, son odiadas por la población. Presentes en el Sahel desde 2013, no son más capaces de erradicar a las bandas yihadistas que los ejércitos regionales. Por el contrario, multiplican los abusos contra la población civil y exhiben su costoso arsenal militar en uno de los países más pobres del mundo. En Níger, estas tropas sólo pueden despertar el siniestro recuerdo de la época colonial, cuando las masacres y los trabajos forzados dejaron su huella durante generaciones.

La exigencia del general Tiani de la salida de las tropas francesas tras el golpe ha encontrado claramente apoyo entre la población, sobre todo en la capital, Niamey. Sin embargo, los golpistas eran pilares del aparato estatal presidido por el prooccidental Mohamed Bazoun, tan corrupto como sus homólogos de la región. Tiani era el jefe de la guardia presidencial, y las rivalidades internas pueden haber sido la motivación inicial del golpe. Pero al imponer sanciones que afectaron primero a las clases trabajadoras, y al afirmar que los manifestantes antifranceses estaban manipulados por Putin, los dirigentes de la CEDEAO y sus patrocinadores occidentales permitieron a los golpistas ganarse el apoyo popular.

Níger suministra uranio a las centrales nucleares occidentales, pero importa el 80% de su electricidad. Al cortarle el suministro, Nigeria ha sumido a Níger en la oscuridad. La Cedeao ha bloqueado las transacciones bancarias y cerrado las fronteras por las que pasa la mayor parte del comercio. Como siempre, estas sanciones afectan sobre todo a las clases trabajadoras, que no tienen forma de eludirlas, ya no reciben giros postales de sus familiares y sufren la escasez y la subida de precios provocadas por las sanciones.

En cuanto a las manifestaciones contra la presencia francesa, hace falta todo el desprecio colonial de los políticos franceses para ver en ellas la mano de Moscú. Si han aparecido banderas rusas en Níger, si los mercenarios de Wagner están efectivamente en Malí y Burkina Faso, presentar a los golpistas nigerinos como agentes de Rusia es una operación política. En momentos en que Estados Unidos y Rusia se hacen la guerra a través de Ucrania, todos los conflictos regionales tienden a exacerbarse y a ocupar su lugar en el enfrentamiento entre las potencias imperialistas y sus rivales rusos o chinos.

Al empujar a la CEDEAO a amenazar con una intervención militar, los dirigentes estadounidenses y franceses intentan forzar a los líderes de los países vecinos de Níger a pasarse a su bando. Aunque el Presidente de Nigeria encabeza la coalición, su Senado se opone a la intervención. El Presidente de Argelia, Tebboune, ha "rechazado categóricamente cualquier intervención militar en Níger". Todo el mundo sabe que una operación militar podría volverse sangrienta y tener graves consecuencias en una región asolada por bandas armadas y donde los políticos exacerban las divisiones étnicas. Pero eso no es lo que detiene a los gobernantes imperialistas.