Amazon, que obtuvo ganancias multimillonarias durante la pandemia, ha anunciado 18000 despidos. Hay que recordar las condiciones particularmente difíciles en la que trabajaron los trabajadores de Amazon durante la pandemia, declarados esenciales y teniendo que trabajar aun cuando la empresa no les entregaba medios de protección personal; es precisamente por este motivo que muchos trabajadores comenzaron protestas en EE.UU., para exigir medios de protección y una baja laboral pagada en caso de enfermar. Bezos se negaba a todo ello. Por ello al final de la pandemia muchos trabajadores continuaron su lucha por poder crear sindicatos de lucha por sus derechos.
Sus responsables ahora vierten lágrimas de cocodrilo y declaran lo difícil que es la situación, pero que se han hecho muchos contratos; los despidos darán comienzo a mitad de mes, si los trabajadores no logran impedir esta sangría de puestos de trabajo.
Amazon no tiene pérdidas, pero claro, en una situación de crisis generalizada se quiere cubrir las espaldas al igual que los grandes grupos del sector tecnológico Facebook, Google, Microsoft, Twitter… que han suprimido 120.000 puestos de trabajo en 2022.
Todo esto lo que viene a demostrar es la falsedad de lo que muchos piensan de que si a una empresa le va bien, a sus trabajadores también. ¡Nada que ver! Bezos, por ejemplo, es el tercer hombre más rico del planeta! Su fortuna se estima en 124.000 millones de dólares, fortuna que por cierto, dice que en su mayor parte donará en vida para fines “filantrópicos”.
¡Qué mayor “filantropía” sería devolver su fortuna a quiénes la han creado, los trabajadores! ¡Y si no, habría que arrebatársela, “filantrópicamente”!
Así pues, el mejor deseo para este año, es que los trabajadores se sacudan su letargo y empiecen las luchas y protestas en las calles, negando los despidos e imponiendo una ley que los prohíba, al tiempo que luchamos por una subida automática de los salarios y pensiones conforme al IPC. ¡Se hace camino al andar!