Ante esta situación, habría que plantearse, ¿por qué con una mayoría parlamentaria a favor no han derogado la Reforma Laboral?, ¿por qué todas las reformas laborales aprobadas en los últimos 40 años atacan las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora?
Para aclarar la situación hay que decir que las RL y la legislación laboral en general, son el resultado de la lucha de clases. En época de luchas obreras en alza, se consiguieron ciertos derechos que limitaban la arbitrariedad patronal y la explotación obrera. Por ejemplo, la lucha por la reducción de la jornada laboral, la reivindicación de los tres 8: 8 horas de trabajo, 8 de descanso, 8 de cultura y educación fue central en la I Internacional o AIT en el siglo XIX. Fueron las primeras etapas de la lucha obrera y origen del 1º de Mayo.
Pero hay que decir también que el sistema jurídico en la sociedad capitalista oculta e invisibiliza la realidad de la explotación del trabajo humano por el capital. La explotación obrera es la realidad económica y social del mundo del trabajo. Aproximadamente la mitad de la jornada de trabajo es para pagar el salario, el resto serán los beneficios del capitalista.
Es decir, la clase trabajadora produce más allá del salario que le pagan en su horario de trabajo y este excedente, esta plusvalía o beneficio empresarial, que no aparece en ningún contrato, se lo apropia el empresario, el capital, quedando oculto a la sociedad.
El contrato de trabajo aparece como un acto libre entre el empresario y el trabajador cuando lo que en realidad hay es una relación de opresión y explotación en la cual el trabajador vende su fuerza de trabajo en un horario determinado por un salario. Una vez que haya producido el valor de su salario todo el valor producido queda en manos del propietario de los medios de producción.
Dicho esto, cualquier legislación laboral en la sociedad actual, lo único que puede hacer es limitar esta explotación dependiendo de la correlación de fuerzas, porque esta situación nace de la propiedad privada de los medios de producción.
Por tanto las patronales buscan siempre la “flexibilidad” en la contratación puesto que cuanto mayor sea la precariedad y el miedo al desempleo mayor presión sobre los salarios y mayor tiempo de trabajo excedente que el mundo del trabajo le reportará en sus beneficios.
En tiempo de crisis económica y social, y en el capitalismo son cíclicas, el paro aumenta y la precariedad laboral se acentúa. Por ello todas las reformas laborales han buscado adaptarse a esos ciclos en beneficio de los capitalistas, por ello todas las reformas laborales realizadas desde la muerte del dictador han incidido en la temporalidad y en facilitar los despidos a la patronal. Recordemos también que en el sistema capitalista la única posibilidad de mantener la economía en funcionamiento es a través del mantenimiento de los beneficios empresariales, de ahí la competencia entre las empresas para vender sus mercancías, aumentar la productividad y extraer de la clase trabajadora mayor tiempo de producción más allá del salario.
Por este motivo aunque limitemos esta explotación con leyes favorables debido al auge de las luchas del movimiento obrero, la única solución definitiva sería la expropiación de los medios de producción por la clase trabajadora y la organización social planificada de acuerdo a las necesidades sociales y no a los beneficios empresariales.