El 1 de febrero, unas treinta mujeres fueron detenidas en Irán por quitarse el velo en público.
A finales de diciembre ya una mujer se había subido a una instalación eléctrica en el centro de Teherán, con su velo atado a un palo, declarando: “No al velo obligatorio, queremos libertad, libertad para vestirnos como queramos.” Esas mujeres habían sido detenidas, ya que la ley vigente desde la instauración de la República islámica en 1979 impone a las mujeres llevar el velo y ropa ancha en público, ropa que tiene que cubrir enteramente su cuerpo. Estuvo más de un mes en la cárcel, hasta el 30 de enero. Su detención no impidió que otras mujeres se quitasen también el velo en la calle.
A lo largo del mes enero un movimiento de revuelta se dio en decenas de ciudades, donde miles de jóvenes, trabajadores, jubilados, se enfrentaron a las fuerzas de represión. Por lo visto, el régimen no ha terminado aún con la contestación popular.