La ley antitabaco y la guerra de precios entre las tabaqueras han puesto en primer orden de la actualidad los negocios de la multinacional tabaquera Altadis, la antigua Tabacalera. Desde hace siglos el tabaco ha sido un negocio seguro. En España, como en todo el mundo, los beneficios del Estado debido a los impuestos, juntos a los del alcohol, y de las empresas tabaqueras, si se calcularan, serían colosales. Durante siglos los perjuicios contra la salud pública han sido utilizados para beneficio de la burguesía y del Estado. Altadis con el apoyo de los sucesivos gobiernos, sean socialistas o del PP, han reducido personal y aumentado sus ganancias. Sin embargo, mientras se restringe el uso del tabaco, a Altadis se le permite despedir y especular en la construcción.
Con la argumentación de la ley y de las campañas para dejar de fumar Altadis ha propuesto otro ERE, (Expediente de Regulación de Empleo), que sería el quinto en estos últimos 15 años. Si echamos una mirada a la evolución de Altadis en la década de los 90 veremos que a mayor reducción de empleo, mayores beneficios. Así con la reducción de 238 trabajadores en España (y 248 en Francia), han reducido más de 3.000 puestos de trabajo de los 8.300 que tenía. Los EREs significan que una parte importante de los gastos salariales de los trabajadores los aporta el Estado. Es decir, a través del seguro de desempleo y de la prejubilación, la empresa se quita una parte importante de lo que tendría que pagar, ¡encima de ganar miles de millones con sus productos, le sale barato los despidos y la reducción de puestos de trabajo! Sin embargo las ventas no dejaron de crecer y pasaron de 760 mil millones de las antiguas pesetas en 1995 a más de 2,6 billones al final de la década. Sus beneficios tampoco han dejado de crecer: si en 1995 tuvieron 13,7 mil millones, en la entrada del nuevo siglo tuvieron 21,9 mil millones de beneficio neto. ¡Y en esa década, fueron miles los trabajadores que fueron baja en la empresa!
Estas cifras demuestran claramente la ecuación descrita anteriormente: reducción de empleo, menos costes salariales igual a más ventas, y más beneficios. Naturalmente estos beneficios se obtienen empeorando las condiciones laborales, pues si se produce más con menos trabajadores y con los mismos sueldos, además de la mecanización, supone un aumento de producción de cada trabajador que la empresa se ahorra. Esto no es más que aumentar la explotación obrera y precarizar el mercado laboral, pues los puestos de trabajo que se destruyen en Altadis, son empleos fijos y con mejores condiciones que la media. Cada vez por tanto, habrá empleos en esas condiciones en el mercado laboral.
Pero además de ganar dinero directamente con la explotación de sus trabajadores y con los despidos, Altadis está ampliando el ámbito de sus negocios. Los ejecutivos y los accionistas saben que el negocio del tabaco a medio o largo plazo en Europa y en los países ricos va a reducirse. Previendo esta situación han "rentabilizado" sus activos entrando en el negocio inmobiliario, aprovechando el boom actual. La antigua Tabacalera ha sido una empresa pública con millones de metros cuadrados de suelo urbanizable en las grandes ciudades españolas. Con la privatización que comenzó con los socialistas y terminó con el PP, el negocio del ladrillo ha sido uno de sus objetivos. La burguesía española ha tejido una red de intereses a través de los negocios oscuros y de especulación con Altadis. Los Alierta, Ybarra, Jové, Ballester, Botín etc., han organizado junto a los políticos alrededor de Rodrigo Rato, actual presidente del FMI y los dirigentes de Altadis los suculentos negocios de la tabaquera y sus terrenos y con el apoyo de los políticos de turno en cada ciudad se han recalificado los terrenos y entrado el negocio de la construcción de viviendas. Con los cierres de factorías han venido las ventas de terrenos que han supuesto un total de 366,82 millones de euros. En este negocio Altadis entró comprando una inmobiliaria Zabálburu, que después fue comprada por BAMI, que después es absorbida por METROVACESA una de las grandes empresas especulativas de la construcción en España, ligada además con otra gran empresa FADESA, y que detrás de ellas, como no, están dos grandes bancos: el Santander y el Bilbao Vizcaya.
Naturalmente la evolución de Altadis es lo natural en el capitalismo: los negocios de la burguesía se hacen a costa de los trabajadores y lo público. El Estado por tanto, el patrimonio público, están al servicio de los negocios de los capitalistas. Y ante esta situación, los trabajadores no podemos quedarnos en los límites de la empresa o de la actuación sindical. Pues entonces nos quedaremos negociando lo menos malo: las prejubilaciones. Por ésto serían necesarias medidas que los trabajadores con la movilización pudiéramos generalizar a todos los trabajadores y empresas. Sería necesario impedir los EREs y despidos en las empresas que obtienen beneficios expropiando sin indemnización todos sus bienes, así impediríamos la especulación. Sería necesario que los trabajadores pudiéramos investigar la contabilidad de las empresas y ver la red de ladrones que tejen esos ejecutivos. Y para eso sólo hay un camino: la lucha obrera y movilización de todos los trabajadores.
13/03/06